Dolor, parte de la vida

Algo que nos resistimos a aceptar de una vez, es que el dolor forma parte de la vida. Hacemos malabarismos para evitarlo.
Ponemos en marcha toda nuestra artillería y nuestros mecanismos de defensa. Nos anestesiamos emocionalmente con tal de no sentir una pizca de dolor.
Lo evitamos como sea, a costa de lo que sea. Y si nada funciona, lo negamos, lo taponamos, nos medicamos, lo rehuímos. Pero siempre vuelve.
Si no lo atravesamos, si no terminamos aceptándolo, nunca lo superaremos. Quedará ahí, enquistado, brotando una y otra vez.
Crisis-cambio. dolor purifica, es creativo.