Síntomas

Los síntomas son señales y expresiones evidentes de un conflicto que no se manifiesta de forma visible.

Un claro ejemplo es la fiebre, síntoma de diversas afecciones y enfermedades. En psicología también entendemos los síntomas como manifestaciones y los interpretamos como reflejo de algo interno.

Yendo más allá, podría decirse que el síntoma no es una disfunción, sino un funcionamiento.
Es decir, no es un problema en sí mismo, sino que es una especie de «solución» que la persona encuentra ante un conflicto interno. En este conflicto actúan fuerzas opuestas que se condensan.
Todo síntoma tiene un sentido.

Los síntomas nos provocan malestar, sufrimiento, desgaste, sensaciones limitantes, agotamiento. Por eso, una dificultad habitual es que nos quedemos enredados en la obsesión por eliminarlos. Nos empeñamos en aniquilarlos a toda costa, en taponarlos rápidamente sin adentrarnos en el origen que los causa.

Los síntomas se desplazan, esto quiere decir que si eliminamos un síntoma, aparecen otros en su lugar.

Síntomas comunes: árboles que no te dejan ver el bosque

Ansiedad. Pensamientos obsesivos. Dolencias psicosomáticas. Conductas que provocan sufrimiento. Trastornos afectivos. Trastornos del sueño. Trastornos sexuales. Apatía. Desconcentración. Angustia. Trastornos de alimentación. Fobias. Agotamiento. Desorientación. Irritabilidad. Miedos. Bloqueos. Descontrol.

El cuerpo es una brújula de síntomas. El cuerpo y los actos expresan lo que no podemos poner en palabras. Cuando el espíritu se silencia, el cuerpo habla.

Los mismos síntomas tienen diferentes orígenes. Dos personas que sufran de ansiedad tienen distintas problemáticas internas particulares. Por eso cada caso es un mundo, y hay que individualizar cada situación personal.

Bajo el iceberg, hay que escuchar al síntoma

Los síntomas no se pueden desmontar sin entenderlos, no se pueden abordar desde fuera, taponándolos o eliminándolos sin comprender su función. Obstruir es muy habitual en esta sociedad de atención rápida y medicalizada. Pero los problemas si no se tratan de raíz vuelven a aparecer por otra vía o resurgen más adelante.

El enfoque entonces se hace de dentro hacia afuera. Si se trabaja el problema subyacente, si se abordan las luchas internas, los síntomas caerán por si solos, porque ya no precisarán su función.

Para que haya cambios verdaderos y permanentes hemos de mirar más allá de lo concreto palpable  y profundizar, interiorizar y comprender.

Los síntomas, aunque no lo parezca, pueden tener beneficios secundarios. Hay deseos y miedos inconscientes que hay que valorar y explorar. También hay que tener en cuenta los desplazamientos, es decir, los síntomas pueden «representar» otros conflictos que nos cuesta aceptar.
Hablaré sobre el inconsciente en próximos artículos.

Algunos síntomas, si perduran en el tiempo, pueden cronificarse y diagnosticarse como enfermedades.

También, en menor porcentaje, hay otras enfermedades más complejas que requieren otro tipo de abordaje. Lo primero que hay que hacer es descartar alteraciones fisiológicas o neurológicas. Un profesional te ayuda a distinguirlo y a enfocar el proceso de cura.

Por último, hay que distinguir el dolor como parte de la vida del sufrimiento excesivo que te desborda.

En definitiva, tienes la oportunidad de utilizar los síntomas para ser consciente de lo que te ocurre.

Gracias a los síntomas, tomamos decisiones, resolvemos cambios, pedimos ayuda, reflexionamos y de esta forma podemos poner remedio a aquello que intuimos. 

 

Te propongo estos ejercicios

¡No te asustes, no es un examen! Puedes escribir unas líneas en un cuaderno o en una nota en tu móvil. Plásmalo en un dibujo o háblalo con alguien, lo que te apetezca. Dedícate algo de tiempo 🙂

  1. ¿Tienes síntomas? ¿Sufres? ¿te pones en riesgo?
  2. ¿Cuáles? Enuméralos
  3. ¿Te impiden hacer tu vida habitual? ¿Son un obstáculo para tu día a día?
  4. ¿Desde cuándo? ¿Qué pasó en aquellas fechas?
  5. ¿Actualmente estás viviendo o vas a vivir cambios vitales? ¿Cuales? ¿Cómo te afectan?
  6. ¿Que intuyes que puede haber bajo tus síntomas? Respóndete con sinceridad.

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